En las sombras más profundas de mi mente yacen los secretos más oscuros y las historias más escalofriantes. No temo en adentrarme en esos abismos, donde lo desconocido se entrelaza con lo macabro y lo inexplicable se convierte en un torbellino de angustia.

Cada palabra que escribo, son como puertas que se abren hacia dimensiones paralelas, donde lo sobrenatural y lo mundano se entrelazan como si fuese un remolino mortal. Cada página es un susurro en la oscuridad, un eco que resonará en tu mente después de que hayas cerrado el libro.

Mis dedos a resonar contra las teclas, es como si fuese una espada afilada que corta la realidad, revelando el mundo más allá de lo terrenal, permitiendo que los demonios interiores entren en cada ser, sin inmiscuir sobre los fantasmas del pasado. Con cada trama puedo tejer con suspicacia, invocando el suspenso y la tensión hasta niveles casi insoportables, manteniendo a los lectores al borde de sus asientos, temerosos de lo que pueda suceder en la siguiente página.

Mi pasión por explorar lo desconocido y lo perturbador se traduce en historias que son como laberintos, donde los personajes se enfrentan a sus propios temores mientras el lector se pierde en un torbellino de emociones contradictorias: el miedo y el deseo de más, el horror y la fascinación. 

En cada palabra, en cada línea, resides tú: mi inspiración de pesadillas, el temerario del suspeso, el lector de historias que quedaran grabadas en tu mente mucho después de que se apague la luz y que se exprese la última página.